El otro día, para celebrar la clausura estudiantil, me fui a la playa. Era la segunda vez que la pisaba este año. Fui con mi prima, que es puro nervio, y llegué a casa súper cansada, destrozada.
Las fotos las eché en el único momento que estuvo sentada: mientras se comía una bolsa de patatas ella sola (bueno, me dió dos).
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